En la vida, más importante que el resultado deportivo,
es disfrutar del camino.

La fundación Taller de Solidaridad, me ofreció la oportunidad de escribir el prologo de este libro de relatos cortos con la historia de 25 deportistas de élite españolas. Entre ellas estan Carolina Marin, Joana Pastrana, Gemma Mengual, Edurne Pasaban, Teresa Perales, entre otras

La idea surgio cuando Alex, la hija de una de las autoras del libro al venir de clase le dijo “Mamá, creo que nunca seré capaz de jugar al fútbol como los chicos de mi clase”. Ese día entendio que Alejandra necesitaba conocer ejemplos de mujeres reales de carne y hueso, mujeres que habían marcado historia en el deporte y que estaban más cerca de lo que ella podía imaginar.

Este libro es imprescindible para que todas las niñas se vean reflejadas en las deportistas de hoy para aprender a ser las leyendas del mañana en el deporte y en la vida.

Comparto con vosotros el Prologo que escribi para Alex, y para todas las niñas y futuras campeonas de vida.

Colocar en tu mente la posibilidad de que puedes alcanzar tus sueños
es el primer gran paso para conseguirlos
.

En mi opinión, este es uno de los grandes aciertos de esta obra de Taller de Solidaridad y de su gran labor, que permite visibilizar a las mujeres deportistas y motivar a las futuras campeonas de vida. Este libro las motivará tanto si sueñan con ser deportistas, astronautas o cualquier otra cosa que se propongan porque, en definitiva, muestra lo que todas nosotras a través del deporte hemos aprendido: la certeza de que, si luchas por lo que quieres y no te rindes ante las dificultades, las cosas se consiguen. Y para lograrlo debemos em- poderarnos, poner en valor nuestras habilidades femeninas y tener la evidencia de que las mujeres no solo competimos, también nos ayudamos a superarnos cada día.

Este libro es un primer manual de igualdad de oportunidades. Las mujeres deportistas todavía no salimos como deberíamos en las ventanas deportivas y culturales de nuestro país. Visibilizarnos y conocer nuestras historias personales y deportivas es fundamental para crear referencia y alcanzar un mundo igualitario, donde mujeres y hombres juguemos con las mismas reglas y oportunidades.

De esta forma sumaremos nuestras capacidades

para conformar una sociedad más preparada para el futuro.

Yo era una niña de cuatro años que tuvo un accidente de coche y a la que la sociedad continuamente le decía: “Esta posibilidad existe, pero no para ti, porque tú no puedes: no puedes ir al colegio, no puedes jugar en el patio, no puedes estudiar, trabajar, ni salir como las demás…; eres minusválida y tú no puedes”. Hasta que un día me armé de valor y realicé mi primera gran prueba de vida que consistió en salir de casa a comprar el pan. Lo que puede parecer sencillo, desde una silla de ruedas resultó ser una verdadera carrera de obstáculos: bajar con mi silla de ruedas las escaleras hasta llegar a la calle y sortear los coches fue un verdadero rally; superar los bordillos para llegar a la panadería y llevarle a mis padres mi primer trofeo, una barra de pan. Esas fueron mis primeras cimas, para mostrar así que yo “sí podía” y que, igual que hoy había ido a por el pan, el día de mañana iba a ganármelo. Enseguida empecé a esgrimirme en las pistas y en la vida. Con cada triunfo deportivo fui conquistando pequeñas parcelas en la vida.

El deporte no entiende de sexo, ni de edad, raza,

situación económica, orientación sexual

Ya que a través de sus valores nos permite a todas luchar por nuestras metas y conseguirlas. Es la sociedad, no la modalidad deportiva, la que crea la desigualdad y las barreras que nosotras tenemos que superar. Y la mejor arma para combatirla es creando referentes desde la infancia para saber que se puede. Yo practico esgrima y no por casualidad; una espada es un objeto muy contundente que cuando la levantas te dice: lucha por tus sueños” y da igual si son difíciles porque cuanto más grande es la batalla mayor será la victoria cuando la logres.

Yo os diría: disfrutad de este libro y luchad con ilusión por vuestras metas en la vida. Sed humildes en las victorias y perseverantes en las derrotas, ayudáos las unas a las otras y disfrutad, más importante que el resultado es vivir cada instante del camino. La vida es una oportunidad y debemos vivirla a nuestra manera. Sabed que, igual que lo hemos hecho nosotras, todas vosotras podéis alcanzar vuestras cimas.

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